Debido al ritmo de vida que llevamos en la actualidad, los deportes individuales están alcanzando mayor auge que nunca. Para algunos usuarios es una elección personal, mientras que para otros no queda más remedio que recurrir a esta modalidad para practicar ejercicio. En este post analizamos los pros y los contras de esta opción, haciendo una breve lista de disciplinas que podemos clasificar en esta categoría.
Qué entendemos por deportes individuales
Los deportes individuales son aquellos que se practican en solitario. Por tanto, la estrategia para conseguir la victoria o el desarrollo del ejercicio dependen de uno mismo, aunque se puede tener la asistencia y asesoramiento de un entrenador personal.
Algunos de estos deportes se practican completamente en solitario, sin que haya ninguna otra persona durante el desarrollo del ejercicio. Otros, en cambio, se realizan con uno o más adversarios, a quienes habrá que batir para alcanzar la victoria.
Cuáles son los principales deportes individuales
Existen numerosos deportes individuales y de muy diferente tipo. Por ello, suelen clasificarse en diferentes categorías. Una de las más habituales es la de los deportes atléticos o combinados. Aquí entrarían la mayoría de las disciplinas del atletismo (velocidad, salto, fuerza, etc.), así como el duatlón, el triatlón, el pentatlón, etc. Mención aparte merece el running por su gran popularidad en la actualidad.
También podemos englobar aquí los deportes gimnásticos, tanto en modalidad artística como en rítmica. Dentro de ellas, podemos hablar de aparatos como barras asimétricas, barra de equilibrio, salto, anillas, suelo, aro, pelota, mazas…
Otra categoría que agrupa mayoritariamente deportes individuales es la de las disciplinas de invierno. El esquí en todas sus modalidades (alpino, de fondo, saltos, de velocidad, etc.), los descensos, el snowboard o el patinaje artístico son algunos de los ejemplos concretos.
También podemos mencionar los deportes de artes marciales o similares, como el boxeo, el judo, el karate, el taekwondo y un largo etcétera, pues la mayoría se disputan en combates de uno contra uno.
Deportes individuales… que se convierten en deportes de grupo
Como quizás hayas notado en el anterior repaso, conviene puntualizar que muchos de ellos se pueden practicar también en la modalidad grupal. Es decir, pueden realizarse junto con otras personas, ya sea como mero acompañamiento o bien como auténticos compañeros de equipo con los que alcanzar un objetivo compartido: la victoria.
El running responde a esa primera opción: se puede practicar en grupo para que la sesión de entrenamiento sea más agradable. Y de hecho, muchos son los gimnasios que organizan este tipo de actividad.
Con el ciclismo puede ocurrir esto pero también la otra opción: aunque solo gana un ciclista, las competiciones se disputan por equipos, con estrategias comunes en carrera. Por ejemplo, para preparar la llegada al sprint o para ayudar a marcar el ritmo en la subida a un puerto.
La natación se puede practicar individualmente, pero también en grupo, especialmente cuando se trata de waterpolo o cuando se realiza natación sincronizada, en la que los miembros del equipo deben estar perfectamente coordinados.
Lo mismo ocurre con el patinaje artístico, que admite la modalidad por parejas, con ejercicios sincronizados. La gimnasia rítmica, por su parte, también se puede desarrollar en equipo, poniendo a prueba la coordinación entre las participantes de un mismo grupo.
Y no podemos olvidarnos de los deportes de raqueta: tanto el tenis como el pádel o el bádminton, entre otros, se pueden disputar individualmente o por parejas.
Pros y contras de los deportes individuales
Una de las grandes ventajas de los deportes individuales es la libertad y flexibilidad que ofrecen al usuario, al menos en aquellos casos en los que no se requiere de un adversario. Para practicarlos, no hace falta ponerse de acuerdo con nadie. Basta con equiparse con lo necesario y empezar la sesión: gorro, gafas y bañador en natación, zapatillas en el running, etc.
Por lo general, son más económicos que los deportes de grupo, pues no es necesario pagar la cuota de inscripción en ningún club. Solo tendrás que comprar el material requerido en cada caso y, eventualmente, pagar la tarifa por usar las instalaciones.
Por último, cabe indicar que los deportes individuales fomentan la auto-disciplina: al no existir compañeros ni entrenadores, es el propio deportista el que debe establecerse sus propias normas, progresos, metas y estrategias, obligándose a respetarlas. Y si los resultados son satisfactorios, verá incrementada su autoestima.
En el otro lado de la balanza está también este aspecto: al no tener que rendir cuentas a nadie, puede resultar más difícil cumplir con esos objetivos, corriendo el riesgo del abandono prematuro. Además, es más difícil detectar errores técnicos en los ejercicios y, por tanto, corregirlos.
Y por último, en los deportes individuales se pierde ese componente de socialización que tienen los grupales y que tanto se valora a edades tempranas, como ya comentábamos en el post de deporte infantil.