Con la llegada del frío y el aumento de las precipitaciones, los pies son una de las zonas de tu cuerpo que más sufren. Por ello, se hace más importante protegerlos con unos buenos calcetines de invierno, que también reciben el nombre de calcetines térmicos o calcetines de montaña. En este artículo te contamos algunas de las claves de esta prenda y los principales usos que se les puede dar. ¡Ni las bajas temperaturas ni la lluvia te impedirán practicar tu deporte favorito!
Cómo son los calcetines de invierno
Una de las características que diferencian a los calcetines de invierno del resto de calcetines es su composición. En concreto, una mayor proporción de la lana, el tejido invernal por excelencia. Algunos modelos se componen de este material en más de un 65% o 70%. El resto se completa con los habituales elastano, poliamida o acrílico, aunque cada modelo puede variar.
Otro de los rasgos más evidentes es su grosor: para proteger mejor tu pie, los calcetines de esta época del año tienen mayor espesor, evitando que el frío y la humedad penetren hasta tus dedos.
Y por último, también es importante su altura: los calcetines invernales son de caña alta, lo que quiere decir que sobrepasan ampliamente el tobillo y llegan hasta la mitad de la canilla aproximadamente.
Principales usos de estos calcetines
Uno de los usos principales de los calcetines de invierno es el trekking. Dado que esta disciplina se realiza con botas de montaña y en ambientes fríos, el diseño de caña alta y el mayor grosor de la prenda tienen una doble función: dan calidez al pie y evitan las rozaduras de un calzado tan robusto como este.
El running es también un deporte en el que estos calcetines son muy importantes. En este caso, su función térmica es clave, pero también pueden contar con control de humedad, repeliendo el agua. Además, algunos modelos van más allá de la caña alta: llegan hasta casi la rodilla, a modo de media de compresión.
Y por último, dos deportes que, si bien no son habituales en la web de Décimas, sí recurren habitualmente a estos calcetines de invierno. Por un lado, el ciclismo, con prendas no tan gruesas como las anteriores pero con una gran capacidad térmica. Y por otro, el esquí, en el que la caña es muy alta y su capacidad impermeable, aún más sofisticada para combatir la posible entrada de nieve en la bota.